Un baño público. / pixabay
Seguro que en alguna ocasión te has visto en la necesidad de recurrir a un váter público para hacer tus necesidades. A pesar de que no sea de tu agrado, ya que no sabes qué ha podido pasar en ese retrete, hay veces en las que la naturaleza te impide esperar hasta llegar a casa. Dado que no te queda más remedio, decides encerrarte en uno de estos váteres con el objetivo de cumplir tu cometido ¿Eres de los que intenta hacer tus necesidades sin posarse sobre la taza o de los que no le ve ningún inconveniente en sentarse sin ningún problema?
A día de hoy hay mucha gente que, cada vez que acude a un baño público, cubre la taza con papel higiénico para protegerse de posibles bacterias que residan sobre la misma. Pero, en ocasiones, el remedio es peor que la enfermedad. Así lo explica al menos el doctor William Schaffner en declaraciones a la revista Time, donde cuenta que no existe evidencia alguna de que cubrir el asiento del váter proteja a la persona que se siente sobre el mismo: "En términos de prevención de enfermedades y transmisión de enfermedades infecciosas, no hay evidencia real de que las tapas de los asientos del inodoro hagan eso". De hecho, sentarse sobre una taza del váter cubierta por papel higiénico podría atraer esas bacterias de las que tanto tratabas de escapar.
Según cuenta el profesor de Microbiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York Philip Tierno en ese mismo artículo, la superficie porosa del papel es especialmente proclive a almacenar bacterias. Por esa misma razón, y si eres de los que cubre todo el váter con papel higiénico, será mejor que lo dejes de hacerlo. Tal y como explican ambos profesores, la piel que cubre nuestros glúteos es una barrera lo suficientemente fiable contra cualquier posible germen, por lo que el método de cubrir todo el váter no es demasiado efectivo: "Incluso si el asiento de un inodoro estuviera contaminado con las temidas bacterias fecales, y esas bacterias entraran en contacto con su piel, es poco probable que sucediera algo malo".
Según Schaffner, las bacterias fecales suelen ser inofensivas a menos que provengan de alguien que esté enfermo. Además, esa bacteria no lo tendría nada fácil para entrar en el cuerpo. Tal y como explica el doctor, necesitaría encontrar una herida abierta en el trasero o llegar hasta las manos para enfermar a esta segunda persona. Por esa misma razón, y si quieres evitar cualquier posible infección, lo recomendable es que te laves bien las manos. El auténtico peligro pasa porque no nos lavemos las manos y que luego nos toquemos las mucosas. Algo que hemos aprendido a raíz de la COVID-19, en la que hemos conocido nuevos detalles acerca de la propagación de bacterias como estas.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Yangzhou (China) revela, a través de un artículo publicado en la revista de divulgación científica Physics of Fluids, que bajar la tapa del inodoro antes de tirar de la cadena en baños público puede ser de gran utilidad para evitar posibles contagios. Después de simular los flujos del agua y aire en dos tipos de inodoro, uno con una sola entrada para descargar y otro con dos, los responsables del estudio han llegado a la conclusión de que ambos expulsaban partículas en forma de aerosol al aire después de tirar de la cadena.
De hecho, y después de analizar los resultados, los responsables del experimento aseguran que entre el 40 y el 60% de las partículas pueden alcanzar una altura superior a un metro. Una nube de partículas, que se disemina en el aire, que puede flotar hasta un minuto después de haber tirado de la cadena. Por esa misma razón, y para que estas partículas no salgan disparadas, será mejor que tires de la cisterna con la tapa bajada.
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