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Sucede en el baño -y también en cualquier espacio de la casa- que el orden transmite limpieza, con lo cual, ahí tenemos otra razón que nos invita a conseguir tenerlo todo bien organizado. Porque son muchos los elementos que habitan este espacio: toallas, papel higiénico, productos de aseo personal, alguna revista, piezas decorativas, etc.
Si a ello le sumamos que la mayoría de baños van justos de metros cuadrados, no hay más remedio que ir a buscar el aprovechamiento milimétrico en recursos de almacenamiento y exposición.
A un lado y otro del lavabo se pueden colocar muebles de baño independientes que ofrezcan grandes posibilidades para guardar cosas. Si el baño es pequeño, y falta espacio, se han de buscar piezas verticales.
Los espejos son un accesorio imprescindible en un baño, y ahora también pueden ser una nueva solución de almacenaje. Sobre estas líneas espejo Element con estanteria de Tikamoon.
Si el espacio es tan escaso, existen muebles bajos con menos capacidad pero igualmente prácticos. Se puede optar por carritos con ruedas para moverlos según necesitemos o fijos para dejarlos en el lugar que más falta nos haga.
Es el recurso más habitual en cualquier pared. Pasamos de liberar el suelo y optamos por buscar almacenamiento en alto, cuidando de medir la altura respecto a los usuarios, o bien aprovechando los espacios muertos.
Y hablando de aprovechar el espacio, la pared que queda por encima del inodoro resulta ideal. Se puede elegir entre baldas, una escalera o una estantería a medida, e incluso hasta la parte superior de la cisterna se aprovecha como soporte.
Todo un clásico en la decoración de baños, los bajolavabo son perfectos para guardar productos de higiene de uso habitual, como toallas, cosméticos, etc.
La oferta prácticamente ilimitada de hoy en día permite encontrar el más indicado para cada espacio, si bien en los de pocos metros se recomiendan los diseños suspendidos de tonalidades claras. Las versiones para baños pequeños pueden medir 45 x 25 x 57,5 cm, mientras que las más anchas superan ampliamente el metro de anchura.
Los colgadores resultan indispensables en cualquier baño para las toallas o para cualquier otra cosa que queramos tener a mano, lejos del suelo. Existen de todos los tamaños y estilos para adecuarse a cada necesidad.
También en la pared, las clásicas hornacinas -si la anchura del muro lo permite- son un recurso muy utilizado que no ocupa en absoluto espacio. Se ha de realizar en obra y sus medidas se ajustan, por tanto, para el uso que queramos darle.
Si lo que buscamos es ese almacenaje lejos de miradas indiscretas, los cajones del lavabo y sus compartimentos son perfectos. También puedes crear un cajón vertical a medida aprovechando algún rincón del baño.
El bajo del lavabo es un espacio muy recurrente para dejarlo también abierto, pero estás obligado a mantener siempre ordenado lo que allí pongas. O bien puedes optar por cestas, cajas, etc. que te dan cierta ocultación visual.
No importa el material -aunque todo dependerá del estilo del baño- ni el tamaño, lo que cuenta es su capacidad de almacenaje. Las cestas quedan muy bien en el suelo porque, además, sirven de accesorio decorativo.
Otro excelente recurso para incrementar la capacidad de almacenaje del baño consiste en instalar un armario- espejo sobre la zona de cortesía.
Después de que hace unos años se popularizaran, en el baño, los muebles bajolavabo con algún elemento abierto en su composición, les llega ahora el turno a los que se abren en su totalidad, dejando todo su contenido a la vista.
Tener bien claras las necesidades de almacenaje del baño antes de acometer una reforma nos permitirá recurrir a soluciones de obra tan ingeniosas como la que muestra este ambiente, de Leroy Merlin. En este caso se han creado dos prácticas baldas en uno de los extremos del faldón que integra la bañera, perfectas para colocar las toallas que van a usarse a diario. Sin embargo, las opciones son tan variadas como los requerimientos de los usuarios.
El orden muchas veces también va relacionado con los detalles y el buen gusto. Quizás un pequeño elemento, como una bandeja, una cesta o unos botes de cristal son suficientes para crear un rincón bonito y bien organizado.
Disponer de una espaciosa encimera resulta muy cómodo para depositar lo que se necesita en cada momento. No obstante, para conseguir un baño de revista, es preciso mantener estas prácticas superficies de apoyo libres de productos innecesarios. La máxima de que menos es más siempre es un acierto.
Aprovechar los retranqueos del muro o los desniveles de la pared para construir hornacinas de obra es otra buena manera de conseguir más espacio para guardar en el baño. Por lo general, este tipo de elementos suelen incorporar luces empotradas en sus baldas, lo que resulta muy práctico para realzar los objetos decorativos de su interior, al tiempo que constituye una iluminación puntual muy útil durante la noche. Sobre estas líneas, un ambiente de la colección Joyce, de Villeroy & Boch.
Radiadores-toallero, armarios-espejo o portarrollos-escobillero son sólo algunos de los elementos que desempeñan más de una función en el cuarto de baño. También es el caso de los bancos para sentarse que disponen de gran capacidad interna para depositar la ropa sucia, como este modelo, de Ikea. Además de no abigarrar la estancia en exceso, todas estas piezas le aportan una gran flexibilidad.
Significa que pueden o no estar. Son más habituales en baños grandes y sirven de apoyo a la vez que decoran, pero no dejan de ser piezas que están en medio y según cómo, pueden resultar molestas si están en una zona de paso.
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Periodista redactora especializada en interiorismo residencial y contract.
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